miércoles, 3 de junio de 2009

La colina


Quiero rendir un homenaje a mi amigo Juanjo, personaje que regento durante algunos años varios bares de copas y discotecas con más o menos éxito.

No recuerdo cuando lo conocí pero no puedo olvidar la infinidad de situaciones algunas de ellas dantescas y surrealistas que viví en sus garitos.

Se que sus comienzos en el mundo de la hosteleria fueron de muy joven, empezó en el mítico “Refugio”, en la zona de las tascas de Murcia, y según cuenta el mismo, fue el creador del brebaje denominado bazooka, brebaje de contenido empírico que se servia en jarras de barro y con infinidad de cubitos flotando.

De esa época yo no lo recuerdo pues aun seria un púber que no frecuentaba esos sitios, pero donde si lo empecé a ubicar fue en la lagartija, pero la de La Torre de la Horadada, antro situado en un callejón oscuro que unía el estanco con los comestibles Tarraga.

La primera vez que tengo constancia de que regento en propiedad un bareto fue en Murcia creo que era El Ke te Ke´es o La colina (adjunto foto de algunos años mas tarde), allí se vivieron momentos gloriosos, yo por entonces acudía a su local de lunes a domingo y viví situaciones inolvidables, pude ver como un menda clavaba un cuchillo de 35 cm en la barra para pedir una cerveza, a la vez que decia, “Niño, ponme una cerveza que acabo de salir de la cárcel”, cabe decir que el local en si no era lo que podíamos denominar un lugar puntero en cuanto a diseño, pues la máxima ostentación del garito era un casette para poner cintas y unas 3 o 4 mesas de madera y sus correspondientes sillas.

También observe como Paco “el bolinga” en un momento cumbre de borrachera, quería entrar con su vespino dentro del local para invitar a su motico a una copa y en vistas de que Juanjo se lo impidió, no le quedo mas remedio que vaciar su cubata en el deposito del vespino en pleno callejón.



Un día Juanjo nos puso un Futbolín, os podéis imaginar que el susodicho entretenimiento era codiciado por todos los parroquianos y por lo tanto había que ser muy buen cliente para poder jugar. En eso estábamos cuando se presento un sujeto que quiso infiltrarse y jugarse unas bolas, el sujeto debido a la tensión que se respiraba en el campo de futbolin, fue rechazado de malas maneras, “aquí jugaras cuando me salga de los huevos” replico alguien, dicho sujeto sin ningún aspaviento marchose por donde había venido sin hacer ningún comentario, pero cual fue nuestra sorpresa, cuando el menda lerenda, apareció en el puto bar con una jodida motosierra encendida y diciendo “cabrones os voy a joder el futbolín” y por la gracia divina, nada mas acabar la frase se le paro la puta motosierra y le llovieron ostias por doquier.

Este suceso quedo inmortalizado tiempo despues, en un mural que se pinto en una de las paredes del bar.


Para acabar este capitulo diré que he visto cosas que vosotros no creeriais, pues un día sentado yo en la barra y charlando tranquilamente con Juanjo, vi como un sujeto entro apresuradamente al bar y pidiéndose una cerveza y abonándola en el acto, se dirigió al cutre-aseo, no le dimos importancia hasta que pasado un rato vimos que nadie accedía al mismo y caímos en la cuenta que el menda había entrado hacia ya unos15 minutos, así que Juanjo se dedico a aporrear la puerta e invitarle a que saliera, al poco salio el sujeto y se fue directo a la calle, no se como describir lo que allí vimos varios de los presentes, yo lo denominaría megaultrapastela, pues había llenado el bater unos 5 cm por encima del nivel de agua no con forma de zurullo si no como si fuera hormigón, no se como se las apaño Juanjo para que eso colara, pero la verdad es que nunca se lo pregunte.

Miles de cosas ocurrieron allí y mas cuando decidió poner una plancha y abrir los fines de semana por la mañana para el aperitivo, eso si, no tenia permiso de cocina por lo que la salida de humos era inexistente y la gente pedía desde la puerta pues no había cojones a entrar.

También fue mítico el ke te ke´es y el don Pijote en La Torre, lugar donde tuve la suerte de trabajar con el un verano y disfrutar otros muchos, pero esas historias las contare en otro momento, ya que el verano, da mucho de si.

Y todo esto surge por que el otro dia sin ir mas lejos escarbando entre mis cosas de juventud, me aparecio una foto de mi amigo Juanjo y yo mismo en la puerta de La colina.