miércoles, 18 de noviembre de 2009

PUNKILANDIA



Bien amigos, es la hora de abrir el tarro de las esencias, de rebuscar en mi pasado mas movido, de sacar de mi interior aquellos recuerdos que forjaron mis años de gloriosa juventud, si amigos debo decirlo, yo fui PUNK.
Seria a finales de los 80, no se ni como ni porqué pero un día me di cuenta de que era punky, Supongo que vendría con la edad, con el yo se más que tú, yo estoy en lo cierto, yo conozco la verdad, en fin, todo a mi alrededor me dirigía hacia ese camino.
Los colegas nos juntábamos los viernes y sábados en “la vieja”, mítico sitio de nuestra juventud que se sitúa en lo que hoy es el museo Ramón Gaya, allí comprabamos litros de cerveza y garrafas de agua de 5 litros que luego vaciábamos y rellenábamos con vino y coca-cola y en la calle de la Gabacha nos cepillábamos esos litros y si allí no podíamos, cualquier solar era bueno para bebernos el rico elixir que preparábamos a conciencia. Si señores, el botelleo es mas viejo que el mear, así que perdonarnos juventud de ahora pero no tenéis ni el merito de inventar el botellón.
Las horas que le dedicábamos al botellón se amenizaban con canciones que cantábamos a capella de grupos tan archifamosamente conocidos como La Polla Rekords, Eskorbuto, Kortatu, Tijuana in Blue, Cicatriz, Comando 9 mm o Kante Pinrelico.


Una vez terminado nuestro pequeño guateque callejero, procedíamos a deambular por las calles de Murcia y dirigirnos a la zona de las Tascas, allí solíamos ir a la Troya, El refugio, El ladrillo, El Cuervo o cualquier bareto que nos dejara pasar. Entonces pedíamos unas cervezas y procedíamos a entretenernos de la mejor manera posible, ya sea descojonándonos de algo o de alguien o bien hablando de nuestros temas, temas que siempre fueron muy interesantes, por supuesto también entraba en esta rutina el intentar restregar la cebolleta, tarea que no siempre se conseguía.
Una vez vaciado los bolsillos de pasta solo quedaba la opción de tirarnos a la calle e intentar encontrar algo con lo que entretenernos, siempre solían ser gilipolleces carentes de utilidad, ahora mismo recuerdo algunas cosas como por ejemplo, volcar un coche en un solar que había en la puerta de un mítico bar llamada Mondrian, o dar patadas a papeleras y contenedores o demás mobiliario urbano, en fin, cosas sin fuste pero que no costaban pasta.
Otro faceta importante del punky son las manifestaciones, aquí lo bordábamos, creamos incluso un Colectivo llamado K.J.R del que guardo el primer panfleto que editamos para una manifestación anti-mili, por cierto K.J.R. eran las siglas de Kolectivo de Jóvenes Revolucionarios, ahí es na.

(Os aconsejo que pinches en la imagen para leer el panfleto, es memorable)

Bueno, ir a una mani no era cualquier cosa, importante era preparar una pancarta con una sábana vieja recogida de casa y escribir con titanlix algún mensaje directo, por ejemplo, A LA MILI TU PUTA MADRE, también eran importantes los cánticos o frases para gritar, recuerdo algunas muy recurrentes, “de un madero, cien mil lapiceros”, “la mili mata la pasma remata”, “abajo los muros de los cuarteles” y otra con toques taurinos muy pegadiza era “la polla de un torero para el culo de un madero”, como se puede apreciar la composición poética en rima asonante era la que mas se utilizaba.
La indumentaria para estos casos era fundamental, estos actos son para un punky como la pasarela Cibeles para una diseñador, muy importante sacar las mejores galas, botas militar viejunas, camiseta de Exploited, G.B.H o la mas guarra que tengas, peinado cresta o similar y cadenas y parches allá donde sean factibles, una vez concretado todo esto, ya estas dispuesto a dar por culo.


Las Manis que mas frecuentábamos era las de Mili K-K, el tema nos interesaba por nuestra edad y el final siempre era glorioso, pues terminábamos las manis en la puerta del Gobierno Militar situado en la calle correos bien arrojando huevos o tirando algun contenedor, en mi defensa diré que yo simplemente actuaba de ojeador, la acción se la dejaba a otros (¿os lo creéis?).
En fin, son muchas las cosas que puedo contar pero he de dejar algo para futuros post, La sede del colectivo K.J.R, y que fue de ella, las fiestas en Casa del Sevillano (Vivía en La Fabrica de la Pólvora), o la huelga general del 14-D, seguro que con el tiempo recordare mas batallitas que iré narrando a su debido tiempo, solo me queda decir que al final de mi etapa punky el saldo que me quedó de todo ello fueron dos buenas ostias con una porra por parte de un policía y una detención en comisaría con su posterior juicio, esto fueron mis logros y mis medallas.

martes, 29 de septiembre de 2009

Una vision aterradora


Queridos amigos y lectores, la rabiosa actualidad manda y es por todos sabido el barullo que ha originado la foto de las hijas de Zp.
Viendo la foto, no he podido pasar por alto cosas que me han llegado a la memoria, cosas relacionadas con mi trabajo, pues la sorpresa también me ha conmocionado varias veces en mi humilde labor profesional como anticuario.
Pero dicho sea de paso, no siempre fui un anticuario con tienda y trabajo relajado, no, que va, hace pocos años también vendía en rastros de antigüedades, vendía con una manta en el suelo y es en estos rastros donde el recuerdo de las hijas de Zp me trasportan.
Fue en el rastro de Murcia, hará algunos años, cuando aun podías encontrar cosas interesantes, en esa época los clientes fijos y habituales terminaban teniendo cierta confianza e incluso amistad con el vendedor, a mi me ocurrió en muchas ocasiones y cierto es que algunas de esas amistades las conservo, pero vayamos a la enjundia de este asunto.
En dicho rastro, era habitual encontrarte con personajes de lo más variopinto, desde coleccionistas de postales, cajas de pimentón o maquinas de escribir a gente de dinero buscando decorar una casa, cortijo o chalet y como no, frikis adquiriendo cualquier otra mierda que les llamara la atención.
Pues bien, una de esos clientes habituales era una señora mayor que siempre iba acompañada de su hija, dicha señora estaría mas cerca de los 80 que de los 70, arrugada como una pasa, sus ropas mas bien algo descuidadas y el peinado parecía cosa de brujería, pues no había pelo que no estuviera peleado con el de al lado, la hija de esta era una solterona vocacional de unos 50 años, siempre detrás de su madre apuntillando con frases todo lo que esta decía, y cuya forma de vestir y peinarse estaba inspirada en su progenitora, bueno, estas clientas acudían todos los domingos con intención de comprar, y cierto es que compraban, eso si, primero preguntaban unas 200 veces los precios y cuando algo se salía de su presupuesto pues le sacaban faltas o desperfectos, manera muy habitual de consolarse uno mismo, huelga decir que su presupuesto en pesetas no era superior a 1000 o 2000 pts.


Con el paso del tiempo, mi interés por esta peculiar madre e hija fue acrecentándose y en los momentos de relax, mi padre y yo divagábamos con la utilidad que le daban a estas cosas, pues todos los domingos se llevaban algo a casa, eso si, siempre cosas de dudoso gusto pero cuyo precio oscilaba en sus parámetros.
Un día, cuando la confianza era ya la suficiente como para interesarse por cuestiones mas personales, le pregunte a la madre que utilidad le daba a todas las mierdas que se llavaban, cierto es que no utilice ese adjetivo, ella mirándome a la cara y con un semblante de lo mas normal, me respondió, somos decoradoras.
Tal y como manda la tradición, esta noticia corrió por todo el rastro de Murcia cual reguero de pólvora y el sobrenombre que se les puso fue de los mas acertado y en adelante fueron conocidas como, las decoradoras de contenedores.
Y viendo las fotos de las hijas de nuestro presidente no me queda mas remedio que pensar, que estas niñas han sido asesoradas en su vestimenta por mis amigas las decoradoras de contenedores.

jueves, 9 de julio de 2009

Maten al ciclista


Lo primero de todo es situarse en el tiempo, era el día 23 de septiembre del 94, acababa de regresar del largo y calido verano torreño y estando en mi casa mas aburrido que una ostra, decidí sacar la bicicleta de montaña con la que habitualmente me desplazaba a la universidad, con el objeto de ir a buscar a algun amigo por lo lugares que solíamos frecuentar.

En esa estábamos cuando al pasar por la plaza Belluga que dicho sea de paso no estaba como hoy la conocemos, si no que era una plaza con una fuente central y carretera que la circunvalaba aunque no tenia trafico pues llevaba tiempo cortado por la prohibición de circular por el entorno de la catedral, bueno, por allí iba yo con mi bici que venia de la glorieta y de repente a la altura del bar conocido como la mejillonera, un par de agentes de policía local me detienen al grito de “alto ahí”, yo me paro en seco y pregunto ¿Qué pasa?.

- No sabe usted que no puede circular en bicicleta por aquí, me dice el agente.

- Pues la verdad es que paso todos los días camino de la universidad, respondo yo.

- Bueno, pero esta zona es peatonal y no pueden circular las bicicletas

- Ya, pero es el camino menos peligroso para ir a la universidad como también el mas corto y llevo cuidado de no arrollar a nadie.

- Bien, pues le voy a tener que denunciar

- Asombrado le contesto, oiga que tampoco he hecho nada malo, pasan muchas bicicletas por aquí cada día, mire, mire por allí va otra, párela también, por que a mi si y a el no.

A la policía le jode mucho que le digas lo que tiene que hacer, debe ser por que con el tema ese del mando jerárquico, todos los días tienen que aguantar a algun superior dándoles ordenes de mierda y sin sentido, el caso es que fue mentarle eso de que parara a otro ciclista y entonces desenfundo su lápiz y su cardenillo y se puso a trabajar, pero ja ja ja, yo jugaba con una ventaja y es que no tenia nada que hacer hasta los 14:30 hora en que comía y eran las 12:20 así que tenia dos horas para entretenerme con esta gente.

En un momento dado el policía me pidió el carnet de identidad y por cosas de la vida le dije que no lo tenía, así que me pidió que me identificara, yo mas chulo que un ocho le dije que no, mas bien lo dije para ver que pasaba cuando alguien no se identifica, cosas de ser curioso.

El agente entonces me explicó que en caso de no identificarme tendríamos que ir a comisaría, yo ya había cogido posicionamiento y entonces le conteste que perfecto, que no tenia nada que hacer hasta las 14.30 y que podíamos darnos un paseo.

Creo que en ese momento el agente empezó a sospechar que yo era un tocacojones y el por no dar un paso atrás y mandarme a la mierda con mi bici, el muy cabrón llamo a un coche patrulla, esperamos unos 15 minutos a que llegara, en ese tiempo les pregunte que como iban a identificarme si yo no lo hacia, si iban a mirar las fotos de todos los murcianos hasta dar conmigo, no obtuve respuesta.

El coche llegó y allí mismo até mi bicicleta a un árbol y me metieron dentro del coche, yo que iba sobrao les dije si n o iban a poner la sirena, que eso molaba y no pillaríamos los semáforos, el conductor me miro de reojo con cara de mala ostia así que no insistí en el asunto.

Llegamos a la comisaría situada a espaldas del comienzo de ronda norte, donde de toda la vida de dios se han hecho los carnets de identidad y por un momento pensé que íbamos a ver fotos, allí me bajaron y me llevaron al interior , ya dentro se me acerco un comisario o no se quien cojones seria y después de hablar con los agentes tomo el mando y actuó de forma concisa y concreta con sabiduría, analizándome y analizando la situación, en pocos segundo supo como obtener la información que buscaba, los años de academia, de preparación para interrogatorios todo tiene su sentido y entonces lo comprendí, se me acerco y me dijo:

-O me dices quien eres o te meto una ostia aquí mismo.

Ante tal profesionalidad y viendo la cara de joputa que tenia el comisario o quien cojones fuera

me puse en mi sitio, me cuadre, tome aire y respondí como bien me enseñaron los Maristas.

Darío Vigueras Marín-Baldo dni numero tal y tal con domicilio en Avd Rio segura 5 9ºA me faltó decir Viva España.

Una vez pasado este tramite, mi agente de cabecera me dijo que no hubiera sido necesario todo esto y yo le respondí ¿Me lleváis a donde esta mi bici?.

Evidentemente me volví andando.

Que quede constancia de lo que digo con la multa que aun guardo y que he rescatado para este relato.

Vemos que la bici era un modelo BH de color azul-rojo, la cual recuerdo perfectamente que compre por 2000 pesetas a un colega y que me negué a firmar la denuncia, pero todos mis datos estan bien claritos (he borrado un poco el dni no vaya a ser que algun cabrón me suplante en la red, nunca se sabe) así como los artículos que infringe, y por supuesto la multa la pague con trabajos sociales sin que el ayuntamiento se enterara, estuve un año vigilando la barra de fuera del Bar Fénix, y colaborando a elevar a la marinera a tapa nacional.

miércoles, 3 de junio de 2009

La colina


Quiero rendir un homenaje a mi amigo Juanjo, personaje que regento durante algunos años varios bares de copas y discotecas con más o menos éxito.

No recuerdo cuando lo conocí pero no puedo olvidar la infinidad de situaciones algunas de ellas dantescas y surrealistas que viví en sus garitos.

Se que sus comienzos en el mundo de la hosteleria fueron de muy joven, empezó en el mítico “Refugio”, en la zona de las tascas de Murcia, y según cuenta el mismo, fue el creador del brebaje denominado bazooka, brebaje de contenido empírico que se servia en jarras de barro y con infinidad de cubitos flotando.

De esa época yo no lo recuerdo pues aun seria un púber que no frecuentaba esos sitios, pero donde si lo empecé a ubicar fue en la lagartija, pero la de La Torre de la Horadada, antro situado en un callejón oscuro que unía el estanco con los comestibles Tarraga.

La primera vez que tengo constancia de que regento en propiedad un bareto fue en Murcia creo que era El Ke te Ke´es o La colina (adjunto foto de algunos años mas tarde), allí se vivieron momentos gloriosos, yo por entonces acudía a su local de lunes a domingo y viví situaciones inolvidables, pude ver como un menda clavaba un cuchillo de 35 cm en la barra para pedir una cerveza, a la vez que decia, “Niño, ponme una cerveza que acabo de salir de la cárcel”, cabe decir que el local en si no era lo que podíamos denominar un lugar puntero en cuanto a diseño, pues la máxima ostentación del garito era un casette para poner cintas y unas 3 o 4 mesas de madera y sus correspondientes sillas.

También observe como Paco “el bolinga” en un momento cumbre de borrachera, quería entrar con su vespino dentro del local para invitar a su motico a una copa y en vistas de que Juanjo se lo impidió, no le quedo mas remedio que vaciar su cubata en el deposito del vespino en pleno callejón.



Un día Juanjo nos puso un Futbolín, os podéis imaginar que el susodicho entretenimiento era codiciado por todos los parroquianos y por lo tanto había que ser muy buen cliente para poder jugar. En eso estábamos cuando se presento un sujeto que quiso infiltrarse y jugarse unas bolas, el sujeto debido a la tensión que se respiraba en el campo de futbolin, fue rechazado de malas maneras, “aquí jugaras cuando me salga de los huevos” replico alguien, dicho sujeto sin ningún aspaviento marchose por donde había venido sin hacer ningún comentario, pero cual fue nuestra sorpresa, cuando el menda lerenda, apareció en el puto bar con una jodida motosierra encendida y diciendo “cabrones os voy a joder el futbolín” y por la gracia divina, nada mas acabar la frase se le paro la puta motosierra y le llovieron ostias por doquier.

Este suceso quedo inmortalizado tiempo despues, en un mural que se pinto en una de las paredes del bar.


Para acabar este capitulo diré que he visto cosas que vosotros no creeriais, pues un día sentado yo en la barra y charlando tranquilamente con Juanjo, vi como un sujeto entro apresuradamente al bar y pidiéndose una cerveza y abonándola en el acto, se dirigió al cutre-aseo, no le dimos importancia hasta que pasado un rato vimos que nadie accedía al mismo y caímos en la cuenta que el menda había entrado hacia ya unos15 minutos, así que Juanjo se dedico a aporrear la puerta e invitarle a que saliera, al poco salio el sujeto y se fue directo a la calle, no se como describir lo que allí vimos varios de los presentes, yo lo denominaría megaultrapastela, pues había llenado el bater unos 5 cm por encima del nivel de agua no con forma de zurullo si no como si fuera hormigón, no se como se las apaño Juanjo para que eso colara, pero la verdad es que nunca se lo pregunte.

Miles de cosas ocurrieron allí y mas cuando decidió poner una plancha y abrir los fines de semana por la mañana para el aperitivo, eso si, no tenia permiso de cocina por lo que la salida de humos era inexistente y la gente pedía desde la puerta pues no había cojones a entrar.

También fue mítico el ke te ke´es y el don Pijote en La Torre, lugar donde tuve la suerte de trabajar con el un verano y disfrutar otros muchos, pero esas historias las contare en otro momento, ya que el verano, da mucho de si.

Y todo esto surge por que el otro dia sin ir mas lejos escarbando entre mis cosas de juventud, me aparecio una foto de mi amigo Juanjo y yo mismo en la puerta de La colina.

martes, 12 de mayo de 2009

Bocadillo de seto

Para quien no conozca la fiesta del Bando de la Huerta en Murcia, le diré que es la fiesta grande, es como el Pilar en Zaragoza, los San Fermínes en Pamplona o San Isidro en Madrid.
Se supone que es la exaltación de la Huerta, de la Huerta de hace 100 años, porque ahora de huerta mas bien queda poca y por lo tanto es una manera de recordar esos tiempos.

El día empieza con una misa huertana en la catedral, luego sigue con bailes regionales por la calle y termina con el desfile, y es este momento el que me interesa.
El desfile pretende representar las costumbres de la huerta, mucho colorido y representación de las costumbre de entonces, luego llegan las carrozas, ataviadas con todos los productos típicos de Murcia, y allí por donde pasan van repartiendo sus cositas, habas, morcillas, pimentón, salchichica, longaniza, etc, etc , etc, y es aquí donde aparecemos nosotros, jóvenes infantes con mas mala idea que la madre que nos parió.

Mi osado padre tenía por costumbre sacar una de esas carrozas, la surtía de todo tipo de manjares huertanos y allí nos juntábamos unos cuantos niños dispuestos a dejarnos llevar por nuestros impulsos mas primitivos y repartir productos típicos huertanos a diestro y siniestro.

El recorrido empezaba a eso de las 6 de la tarde, la carroza iba bien surtida y al publico se le agasajaba con las vituallas de rigor, conforme avanzaba la tarde disminuían las existencia, ora por todo lo que se daba, ora por todo lo que se jalaba y entonces entrábamos en la zona critica, que era cuando quedaba algo menos de una hora para finalizar el recorrido y la gente se nos acercaba cual hiena a su carroña y con cara de hambre, nos decía la típica frase “ niño, dame argo pa comè” entonces nos veíamos en la tesitura de tener que responder “No me queda de ná” y le dabas un “bando” ( papel tamaño folio en el cual venia escrito en panocho un texto que alude a las fiestas ), el susodicho elemento con cara de póquer te recogía el “bando” y se alejaba cabizbajo pensando, y que hago con esto, ¿me limpio el culo?, así que tomamos la determinación de no bajar la guardia e intentar satisfacer a todo aquel que se acercara, para lo cual decidimos hacer nuestros propios menús con los restos o sobras que pudiéramos rescatar y con todo lo que creíamos que era susceptible de ser engullido.

La materia más abundante era el pan, por lo que procedimos a rellenarlo con todo lo que teníamos a mano, de esta forma creamos una carta con los mas variados mini-bocadillos, las especialidades eran, mini-bocadillo de cáscaras de cacahuete y trozo de salchicha o rodaja de limón con regurgitado de morcilla, también se sirvió mucho el de salchichón con quicos y pipas sin pelar, pero el que realmente caló y dejó huella fue el de picadillo de hielo con seto, el seto lo obteníamos de todo el que rodeaba la carroza a modo de decoración y el picadillo de hielo fue sacado del fondo del cubo donde se enfriaban las pocas bebidas que quedaban. Recuerdo que mucha gente cogía los mini-bocadillos y los echaba directamente a las bolsas donde guardaba todo aquello que le daban, desde un manojo de habas, unos trozos de salchicha, una morcilla o un trozo de bonito fresco, me imagino que luego tal y como llegaban a su casa, todo ese revuelto iba a parar a la basura, pues lo realmente importante no era coger comida, sino ver cuanto llenabas la bolsa con el fin de poder darle envidia a tu compañero de silla, pero también es cierto que otras personas le hincaban el diente y era en ese momento cuando el descojone se apropiaba de nuestro ser, algunas personas después de morderlo lo abrían y se cagaban en nuestra puta madre y otros directamente lo tiraban, pero recuerdo aquel elemento de unos 130 kilos de peso, el cual mosqueado por que el bocadillo de seto con hielo picado no fue de su agrado se nos acerco mientras la carroza seguía su camino y nos tiro el bocadillo además de intentar pegarnos alguna ostia a los pequeños cabrones que por allí nos descojonamos, hecho que no paso desapercibido para nuestro progenitores y que dio lugar al fin de nuestro primeros pinitos en el mundo de la restauración.

Futbolnochelocorisa




Fue un verano de los 80 cuando inventamos este deporte no olímpico.
No recuerdo exactamente quien fue el ideólogo, inventor o creador de tan maravilloso deporte, pero si recuerdo que fue tan efímero pero tan impactante que no paso desapercibido.
Todo comenzó una tediosa tarde de verano cuando agotado ya el periodo de playa que se extendía desde las 11 de la mañana hasta las 7 de la tarde y habiéndonos engullido el bocata correspondiente de derivados del cerdo muerto, nos encontrábamos en disposición de expulsar las energías acumuladas, pero necesitábamos de nuevas ideas para no terminar en los mismos juegos de siempre, el “botebotero”, el escondite, o la tranca.
La imaginación cuando no tienes “pleiestesion”, geinboi” o “exisbox”, funciona a una velocidad tal, que asustaría al mas osado corredor de automovilismo y además ese día se dio la casualidad que tanto mi peña como la de mi hermano que era la misma que la mía pero con los hermanos menores, andamos cerca.
La noche se nos echaba encima y todo seguía el curso normal de un día de verano, poco a poco la luz se perdía y se hacia una noche oscura, mas oscura en esos tiempos, pues recuerdo que el alumbrado publico de la Torre en esa época, consistía en unas 10 o 15 farolas que se ubicaban en la única calle asfaltada la cual distaba unos 40 metros de nuestra actual situación , por lo que podríamos decir que la luz publica nos iluminaba una mierda y era únicamente la luz de los portales de las casas las que nos permitía disfrutar de la calle por la noche.

Y así seguíamos, dándole al coco para ver en que emplear nuestro tiempo de ocio, cuando alguien con un balón apareció por allí. Un balón siempre es una golosina apetecible y nadie se resiste a darle una patada, entonces no se por que motivo nos metimos en el patio de luces del edifico cuatrovientos, un patio de considerable tamaño y sin luz propia , posiblemente fuimos con la intención de dejar alguna bicicleta o complemento, ya que en ese patio de luces se ubicaban los trasteros del edificio.

En esas estábamos cuando el balón debió de aparecer por allí, debido a la ausencia de luz, solíamos entrar acompañados a dicho patio y por tal motivo en ese preciso instante en que el balón cayo al suelo, andábamos por allí, completamente a oscuras, mas personas de las debidas, todo fue muy rápido, el balón cayo, alguien lo pateo, balonazo al cuerpo de otro individuo, dicho individuo se rebota, busca el balón, da patadas a diestro y siniestro, todo esto acompañado de sonoras voces e improperios, le atiza al balón, se oye jaleo, entra mas gente, estallan las voces, resuenan las mamparas, pim, pam, zas, pum, ayayayay, la locura se desata, todos contra todos, algarabía, locura transitoria, golpes, dolor, balonazos, no se ve una mierda, la locura dura mas de lo debido, se enciende la luz de un balcón de los que dan al patio, !!!! que follòn es este ¡¡¡¡¡, una voz resurge, !!! apaga la luz ¡¡¡, risas, la luz se apaga, sigue la orgía futbolera, las risas se multiplican, el escándalo sube de tono, se agregan mas futbolistas, nadie conoce a nadie, la situación toma un tinte caótico y entonces resuena la voz mas temida a esta orilla del mediterráneo, ¡!!! QUE COJONES PASA AQUÍ, PEQUEÑOS CABRONES ¡¡¡ Salvador el policía, temido por todos y acoso de gamberros y dicharacheros, corrimos como ratas que ven al gato, unos en dirección al estanco, otros para la playa, algunos se esconden detrás de los coches que estan aparcados, jadeamos como perros y una vez pasado los minutos de rigor nos volvemos a juntar, entre risas alguien bautiza dicho momento como “futbolnochelocorisa”.
La experiencia fue grata y hubo intención de repetirla, pero el momento mágico de la primera vez, no volvió y todos los demás intentos fueron frustrados por diversos motivos, demasiada luz en la cancha, falta de personal, o acojone de los participantes ante la posibilidad de que Salvador el policía apareciera con su pistola.
El verano continuo y mas cosas hicimos, algunas las recordamos y otras se perdieron en los recovecos del cerebro, es allí donde hurgáremos para recuperarlas.